jueves, 6 de diciembre de 2007

Venezolano sobrevivió a Hepatitis G y Aplasia Medular

Después de 12 años Roberto Gómez cuenta como sobrevivió a estas dos enfermedades con sus complicaciones. Fue diagnosticado en Venezuela y tratado en el Nacional Institutes of Health en Maryland, Estados Unidos.


A finales del año 93, Roberto Gómez , un joven de 27 años ingresó a una clínica privada para ser intervenido por una escoliosis y dos hernias discales en la columna. La operación fue un éxito, a pesar de las transfusiones recibidas. Durante el año siguiente el paciente comenzó a sentirse mal. Se desmayó varias veces y luego aparecieron petequias o puntos rojos en su piel, presentó hemorragias, fiebre e ictericia.

Roberto no quería ir al médico, pero su esposa insistió. La doctora que lo recibió en el centro asistencial privado le diagnóstico dengue, pero quiso corroborarlo a través de un examen de sangre.

Cuando el bioanalista llevó a la médica los resultados del laboratorio, antes que ella leyera el informe, éste acotó: - Los voy a repetir. Son alarmantes.

Los valores de Roberto eran:
Glóbulos blancos: 400 gr/m3,
Plaquetas: 5000 gr/m3
Hemoglobina: 5 gr/100
Enseguida el diagnóstico de dengue se vino abajo para darle entrada a una Hepatitis aguda evolucionando hacia Aplasia Medular. En los estudios complementarios practicados se comprobó que Roberto tenía el virus de la Hepatitis G, el cual fue identificado por primera vez en 1995, el mismo año cuando él desarrollo la enfermedad, convirtiéndose en el paciente número dos o tres en el mundo con este tipo de Hepatitis y el único en Venezuela.

Del virus de la Hepatitis G se han descrito dos cepas virales llamada virus GB-C (HGBV-C) y virus de hepatitis G (HGV) potencialmente asociadas al desarrollo de hepatitis viral. Estas dos cepas han demostrado ser el mismo virus. El suero del científico que por primera vez aisló el virus, fue capaz de infectar primates, en las cuales se clonaron tres cepas (GB-A, B y C). Las dos primeras correspondían a cepas virales propias del animal y la tercera (GB-C) era originada en el plasma humano. El virus G se transmite por vía parenteral, en forma similar a los virus de hepatitis B y C.

A pesar de su nombre, no hay clara evidencia de que este virus cause enfermedad hepática. Es posible que sea un agente asociado, poco frecuente, a hepatitis aguda después de una transfusión de sangre. No se asocia a hepatitis crónica, cirrosis ni cáncer hepático.

Roberto durante tres meses estuvo hospitalizado. Para mantenerlo en buen estado, todos los días se le colocaban concentrados plaquetarios y cada dos días se le transfundía sangre.

El equipo médico venezolano que diagnóstico la Hepatitis G con Aplasia Medular integrado por los doctores: Patrick Hasow, hematólogo, Angelo Pecorelli y Angel Nasco, ambos internistas-intensivistas y Miguelangel Giannoni, internista-cardiólogo mantenían un tratamiento de sostén, no disponían de los equipos para curarlo.

Un día su tía Virginia de Giannoni, docente universitaria, estaba conversando con su amiga Morela sobre el caso de su sobrino, casualmente, ella agregó que su hermana sufría de leucemia y estaba siendo tratada en el Nacional Institutes of Health, hospital ubicado en Maryland, Estados Unidos.

Virginia comentó a su cuñado y miembro del equipo médico de Roberto, el doctor Giannoni, el caso de la hermana de Morela que estaba siendo atendida en los Estados Unidos. Ante la búsqueda de una esperanza Giannoni elaboró un informe médico para solicitar la inclusión de Roberto Gómez en uno de los protocolos de investigación del hospital. La emisaria fue Morela Gutiérrez, la amiga de su tía.

Ante la respuesta positiva de los médicos investigadores del Nacional Institute of Health, Roberto viajó a los Estados Unidos con su mamá porque su esposa tuvo que quedarse en Venezuela para cuidar a su hija de año y medio. Sólo canceló el pasaje aéreo de él y su progenitora, pues el tratamiento del hospital lo tenía cubierto ciento por ciento, por formar parte de un protocolo de investigación. “Para hacerme cualquier cosa o tomar algún medicamento, pedían mi autorización. Siempre mi firma por delante. De paso yo me metía en todos los protocolos de investigación”, agregó en forma jocosa.

Fue tratado con Globulina Antimocítica(ATG) y Cyclosporina, complicándose con infección diseminada por pseudomonas (bacteria hospitalaria), herpes, esofagitis por cándida y posteriormente diarrea crónica e hipertiroidismo temporal.

Al inicio del tratamiento Roberto no mejoraba, su mamá lloraba a escondidas por los pasillos del hospital pero ante él, se mostraba fuerte y optimista. Él por su parte perdió las esperanzas, hasta echarse a morir varias veces. Un día, de esos primeros tres meses de tratamiento, un doctor de los varios especialistas que lo veían a diario, se le acercó y le dibujó una montaña al revés y le afirmó: - Si superamos esta depresión saldrás de ésta.

Mientras contaba este episodio los ojos de Roberto se inundaron, desbordándose las lágrimas por debajo de sus lentes. “Disculpa que me ponga así, pero me emociono”.
Los valores sanguíneos del paciente comenzaron a incrementarse hacia la normalidad. Poco a poco fue evolucionando favorablemente.

Durante un año, Roberto regresaba cada tres meses a Venezuela porque se le vencía la visa, estaba unos días aquí y retornaba a continuar su tratamiento. Desde el año 1996 el paciente no tiene síntomas de ninguna de las enfermedades que padecía, mejorando inesperadamente hacia la curación a partir del año 1999.

Actualmente Roberto vive con su esposa e hija de 15 años. Es gerente general de una empresa donde ejerce su profesión de ingeniero en sistemas. También se ha dedicado a la docencia de pre y postgrado.

Desde su recuperación ha ayudado a varios pacientes compatriotas a tramitar su ingreso en los protocolos de investigación del Nacional Institutes of Health.

No todo lo que Brilla es Oro

Cuando el anciano entró a la sala de espera, todos los pacientes manifestaron inquietud. Se miraron a los ojos para buscar una explicación. Si no hubiese sido por la iluminación y decoración impecable, todos los presentes hubiesen creído que estaban ante una pantalla de cine observando una película de ciencia ficción, en la cual el actor principal había salido a escena.

_ Buenas tardes- dijo el hombre con voz cansada- ¿la doctora ya llegó?.
_ Sí – respondió la secretaria – sientese por favor.

Aunque aquella mujer estaba entrenada para ver con disimulo lesiones de piel, también había sido víctima de lo inesperado.

Mientras esperaban los pacientes, entraban y salían del consultorio, unos para cambiar de ambiente y otros para hacer comentarios del hombre en cuestión.

Era impactante ver el rostro del sexagenario proveniente de la península de Araya, estado Sucre, quien había perdido los tejidos que recubren la nariz y una de sus orejas. Su apariencia era la de un personaje de película de misterio.

La secretaria hizo pasar al paciente al consultorio, lo más pronto posible, para no seguir causando murmullos en la sala de espera.

Al otro lado de la puerta lo recibía la especialista en piel, Dra. Myriam Raquel González Oviedo, pediatra, dermatóloga pediatra e investigadora del daño solar en diferentes lugares del país, incluyendo población negroide.

La doctora González inmediatamente pensó que estaba ante un caso avanzado de cáncer de piel, en el cual gran parte del rostro estaba comprometido. Sin perder tiempo comenzó el interrogatorio médico-paciente para corroborar las causas de la enfermedad.

_ ¿ Dónde vive?
_ En Araya
_ ¿ A qué se dedica?
_ Fui durante treinta años pescador, ahora me dedico a la buhonería.
_¿Ha usado protector solar?
_ ¿Qué es eso? –preguntó extrañado.

En este momento la doctora comenzó la explicación de porqué debemos protegernos del sol.

_ Señor, el sol emite radiaciones ultravioletas A y B desde las cinco de la mañana hasta las 7 de la noche. Incluyendo los días nublados. Si está en el agua los rayos solares pueden penetrar hasta 80 metros de profundidad. Por tal motivo, a partir de los seis meses de edad los niños y niñas deben usar protector solar, 30 minutos antes de exponerse al sol y reaplicarlos cada 80 minutos, aunque sean a prueba de agua- explicó minuciosamente.

El sol está en todas partes, no sólo en la playa. Así mismo algunas lámparas de luz eléctrica, pantallas de televisores, computadoras y salones para bronceado emiten radiación ultravioleta. La arena, el agua, el asfalto y la nieve son capaces de reflejar la radiación hasta 80 %. Los rayos ultravioletas no sólo afectan la piel sino que producen daño ocular (conjuntivitis, cataratas) y hasta pueden alterar el sistema inmunológico.

Para el anciano ya no importaban mucho las explicaciones, sólo quería saber si su mal tenía remedio.

Desafortunadamente era demasiado tarde. Su cuerpo serviría de ejemplo para demostrar que el sol es vida pero también nos la puede quitar.


Laura Casteluche

sábado, 1 de diciembre de 2007

La Depresión en la Tercera Edad


El envejecimiento no produce depresión



Estar triste no es lo mismo que estar deprimido, pero cuando la tristeza es persistente con causa o no podemos decir que estamos enfermos de depresión. Aunado al desánimo la persona puede tener insomnio, sentirse ansiosa, no le provoca hacer nada, pierde el apetito y hasta la voluntad para bañarse. Simultáneamente a la manifestación de estos síntomas, el paciente ve todo de color gris y sus pensamientos son negativos hasta pensar en el suicidio. Si estos factores persisten durante dos semanas podemos decir que estamos ante un ser humano deprimido.



En tal sentido, la depresión no es un juego, es una enfermedad que no se resuelve con ganarse el premio gordo de la lotería ni con inciensos y menos aún saliendo de compras para distrarse. Tampoco se le debe decir al paciente, pon de tu parte, es el peor comentario para una persona deprimida, su problema va más allá.



Al igual que en otros trastornos, por ejemplo las enfermedades del corazón, existen varios tipos de depresión. Los más comunes son: Trastorno depresivo mayor, el Trastorno distímico y el Trastorno bipolar. En cada uno de estos tres tipos de depresión, el número, la gravedad y la persistencia de los síntomas varían.



El trastorno depresivo mayor se manifiesta por una combinación de síntomas que interfieren con la capacidad para trabajar, estudiar, dormir, comer y disfrutar de actividades que antes eran placenteras.



El trastorno distímico es un tipo de depresión menos grave, incluye síntomas crónicos (a largo plazo) que no incapacitan tanto, pero sin embargo interfieren con el funcionamiento y el bienestar de la persona. La característica esencial de este trastorno es un estado de ánimo crónicamente depresivo que está presente la mayor parte del día de la mayoría de los días durante al menos 2 años. Muchas personas con distimia también pueden padecer de episodios depresivos severos en algún momento de su vida.



Otro tipo de depresión es el trastorno bipolar. Éste no es tan frecuente como los otros trastornos depresivos. El trastorno bipolar se caracteriza por cambios cíclicos en el estado de ánimo: fases de ánimo elevado o eufórico (manía) y fases de ánimo bajo (depresión).Los cambios de estado de ánimo pueden ser dramáticos y rápidos, pero más a menudo son graduales. Cuando una persona está en la fase depresiva del ciclo, puede padecer de uno, de varios o de todos los síntomas del trastorno depresivo. Cuando está en la fase maníaca, la persona puede estar hiperactiva, hablar excesivamente y tener una gran cantidad de energía. La manía a menudo afecta la manera de pensar, el juicio y la manera de comportarse con relación a los otros. Puede llevar a que la persona se meta en graves problemas y en situaciones embarazosas. Por ejemplo, en la fase maníaca en individuo puede sentirse feliz o eufórico, tener proyectos grandiosos, tomar decisiones de negocios descabelladas, e involucrarse en aventuras o fantasías románticas.



La Depresión en la Tercera Edad




La depresión en la tercera edad es más frecuente en las mujeres que quedan viuda o pierden algún familiar cercano. Sin embargo, los hombres no escapan a ella. El hecho de cesar su actividad laboral puede causar depresión en ambos sexos. De ser necesario es conveniente participar en clubes de ancianos que ayuden a los jubilados a reorientar sus actividades y tiempo libre. Los ancianos que viven solos son más propensos a deprimirse, por ello deben estar atentos ante los síntomas y buscar ayuda psicológica de inmediato.



Es erróneo pensar que es normal que los ancianos se depriman. La depresión no debe confundirse con un estado pasajero de tristeza. Es un trastorno que afecta el ánimo, el pensamiento, las funciones corporales y el comportamiento de una persona a tal grado que resulta incapacitante e interfiere con sus tareas cotidianas.



Las personas de edad avanzada, al igual que las personas jóvenes, pueden mostrarse reacias a compartir sus sentimientos. Por tal razón, los síntomas depresivos se pueden pasar por alto fácilmente. Para detectar más fácilmente la depresión en una persona de edad avanzada puedes utilizar la siguente guía de preguntas:



Escala Geriátrica de Depresión: Selecciona la contestación que mejor describa cómo te sentistes durante la semana pasada
¿Estás satisfecho con tu vida ?
Si
No
¿Has dejado de hacer muchas de las actividades y cosas que te interesaban?
Si
No
¿Sientes que tu vida está viva?
Si
No
¿Te aburres con frecuencia?
Si
No
¿Te sientes de buen humor la mayor parte del tiempo?
Si
No
¿Tienes miedo de que algo malo te suceda?
Si
No
¿Te sientes contento la mayor parte del tiempo?
Si
No
¿Te sientes desvalido con frecuencia?
Si
No
¿Prefieres quedarte en casa en vez de salir y hacer cosas nuevas?
Si
No
¿Sientes que tienes más problemas con tu memoria que la mayoría de las personas?
Si
No
¿En este momento, piensas que es maravilloso estar vivo?
Si
No
¿En este momento, sientes que vales muy poco?
Si
No
¿Te sientes lleno de energía?
Si
No
¿ Sientes que tu situación no tiene remedio?
Si
No
¿Piensas que la mayoría de las personas están en mejor situación que tu?
Si
No




Las contestaciones que indican depresión aparecen en la letra azul. Cada contestación que indica depresión cuenta como 1 punto. La puntuación entre 5 y 9 indica la probabilidad de depresión. Una puntuación de más de 10 es indicativa de depresión. Si tu o un ser querido sufre de depresión, debes consultar con tu médico lo antes posible para una evaluación clínica completa. Tomado de: www.Telemedik.com




Niños y Adolescentes




Los adoslescentes también suelen deprimirse, producto de cambios hormonales, abuso físico o sexual, querer la independencia de los padres y hasta por la ruptura o pérdida de la novia o del novio. Estos síntomas se reflejan en la conducta , dormir mucho, bajo rendimiento escolar, adicción a las drogas y pensamientos suicidas o temor a la muerte. Los síntomas son parecidos a los de los adultos.



Según el doctor Héctor Pauchard Hafemann, esta alteración se presenta de muchas formas con grados y duración variados. Se define como una enfermedad cuando la condición depresiva persiste e interfiere con las capacidades y acción de la persona. Normalmente todo ser humano hace depresión en situaciones de maltrato específicas. Lo que es muy importante de considerar tanto para su tratamiento como para su prevención.



Estudios hechos en Estados Unidos indican que alrededor del 5 por ciento de los niños y adolescentes de la población general padece de depresión en algún momento. Evidentemente, habrá que prestar atención cuando la sintomatología depresiva persiste e interfiere con su desenvolvimiento normal.



Los niños que viven con mucha tensión, que han experimentado una pérdida importante o que tienen desórdenes de la atención, del aprendizaje o de la conducta corren mayor riesgo de sufrir depresión. Dos son los factores de riesgo más destacados en esta patología. En primer término está el que ella tiende a presentarse en determinadas familias. Y en segundo término, la existencia de situaciones de maltrato, que fundamentalmente afectan la seguridad por respaldo social.

Laura Casteluche mailto:lauramac70@gmail.com